El paradigma del Internet de las Cosas (IoT) está preparando el terreno para un mundo en el que muchos de nuestros objetos cotidianos estarán interconectados e interactuarán con su entorno para recoger información y automatizar ciertas tareas. Esta visión requiere, entre otras cosas, autenticación sin fisuras, privacidad de los datos seguridad, solidez frente a los ataques, facilidad de despliegue y automantenimiento. Todas estas características pueden ser aportadas por blockchain, una tecnología nacida con la criptomoneda llamada Bitcoin.